JoyNovel

Lisons le monde

Ouvrir l'APP
Su alfa prohibido

Capítulo 2

Veinte minutos después, ambos entraron en la estación de servicio. Elijah ordenó en el McDonalds y llevó la bandeja a la mesa.

“No me explico como todavía puedes comerte cuatro Big Macs…”, dijo, mirando sus abdominales. Aunque después de todo, siendo un alfa ella supuso que con todo el ejercicio, necesitaba las calorías.

"Soy un chico grande, Red, necesito combustible", respondió él, mientras tomaban asiento uno frente al otro. Ella tomó su hamburguesa de filete de pescado y la desenvolvió, mirándolo. Una vez más, su corazón dio un vuelco en su pecho cuando sus ojos se encontraron.

"¿Sigues soltera? ¿O ya apareció el hombre capaz de domar ese fogoso temperamento tuyo?, preguntó dándole un mordisco a su hamburguesa. Dudaba que siguiera soltera; los chicos siempre la habían encontrado sexy y sensual. Pero era su fiero temperamento lo que en última instancia no los dejaba ir más lejos. Aunque mirándola bien, no había forma de que estuviera soltera, pero sabía que ella no había encontrado a su compañero, o de lo contrario habría una marca en su cuello.

“Muy gracioso, ¿y tú? ¿Sigues siendo un hijo de p**a o ya has encontrado a una compañera que pueda domar tus salvajes maneras?", preguntó ella evitando responder, y con el mismo tono que él había usado. Ya sabía la respuesta, porque de otra forma, toda la manada se hubiera enterado.

Elijah sonrió. "Me gustan mis formas salvajes... no hay reglas cuando se trata de mí", dijo, inclinándose hacia adelante mientras le guiñaba un ojo. El corazón de Scarlett se desbocó en su pecho.

"¿Y eso que significa?", preguntó ella tomando un sorbo de su bebida.

“Averígualo, Red, averígualo…”, dijo Elijah. Sus ojos se posaron en esos labios rojos suyos, la forma en que se envolvieron alrededor de la pajita... El gesto con el que ella se lamió los labios.

Enseguida, Elijah frunció el ceño, ¿cuál era su p**o problema? Ella era su hermanastra, y él la estaba mirando demasiado... Necesitaba conseguir una mujer esta misma noche y así liberar toda su energía reprimida.

"¿No hubo una luna de sangre hace como un mes?", preguntó él después de un momento. En el mundo de los hombres lobo, solo se podía encontrar pareja durante una luna de sangre, algo que ocurría dos noches cada año. Era en estas noches que el vínculo podía hacerse realidad, siempre y cuando tu pareja estuviera cerca.

"Sí, sí la hubo", respondió Scarlett cortante, frunciendo el ceño a su hamburguesa. Si hubiera encontrado entonces a su compañero, tal vez estos estúpidos sentimientos habrían desparecido.

De vuelta en el camino, faltaban unos veinte minutos para que llegaran a casa. Elijah golpeaba su rodilla al ritmo de la música. De vez en cuando, su mirada se dirigía a la enérgica pelirroja en el asiento del conductor. La mitad de su rostro estaba oculta por la roja cabellera, mientras movía su cuerpo siguiendo la música.

De repente, Elijah vio un destello borroso que pasaba junto al coche.

"¡Cuidado!", gritó, agarrando el volante y girándolo bruscamente hacia la izquierda. Scarlett dejó escapar un grito de sorpresa al ser arrojada hacia él.

El auto volcó al chocar contra algo grande. El crujido de metal hizo que Scarlett se estremeciera, sintiendo una dolorosa punzada en la cintura. Pero enseguida percibió un agradable hormigueo recorriéndole el cuerpo, cuando una mano la tocó allí.

"¡M***da! Red, ¡estás sangrando!, murmuró él, recibiendo un gemido de dolor en respuesta. "Silencio, te tengo".

Pateando la puerta fuera de sus goznes, rodó con el cuerpo de ella acunado contra su pecho. Poniéndose de pie, miró a los tres lobos que los esperaban allí, gruñendo. Podía oler que no se trataba de unos pillos comunes. Dos de ellos eran bastante grandes, definitivamente un beta y un delta.

"¿Qué quieres?", preguntó Elijah con frialdad, poniendo a Scarlett detrás de él, a la defensiva. Su gran cuerpo cubriendo el cuerpo mucho más pequeño de ella.

El lobo más grande se transformó en un hombre joven. No llevaba ropa, pero no se inmutó por ello, algo muy normal en los hombres lobo. Parecía tener cerca de veintiún años. Sus agudos ojos castaños se encontraron con los azules de Elijah. Un fuerte viento sopló junto a ellos, haciendo susurrar la hierba a los lados de la carretera.

“A ella. Déjala y serás bienvenido a entrar”, respondió. Scarlett se congeló, ¿para qué la querrían a ella? Elijah levantó una ceja

“Estás hablando con un p**o alfa. No obedezco las malditas órdenes. Las doy", gruñó, y su voz se hizo más profunda.

El otro levantó la mano y dio un paso atrás.

"Entiendo... pero, ¿puedo hablar con ella?", preguntó escuetamente. Elijah volvió a gruñir, listo para transformarse, pero Scarlett le puso una mano en el brazo, saliendo desde atrás de él.

“Scarlett…”, dijo el hombre, haciéndola fruncir el ceño. “Soy Cade. Puede que no me recuerdes, pero yo reconocería esos ojos verdes en cualquier lugar.

Scarlett se congeló, su corazón latía con fuerza. Cade... Solo conocía a un Cade, y debería estar a cien millas de distancia en la manada de su padre. Elijah la miró fijamente. Podía oír los golpes que daba el corazón de ella en su pecho y oler el miedo en el aire.

Instintivamente puso una mano alrededor de su cintura, acercándola a su propio cuerpo y mirando a Cade amenazadoramente.

"¿Compañeros?", preguntó Cade, haciendo que Scarlett se sonrojara a pesar de la gravedad de la situación.

"Tal vez", gruñó Elijah, sintiendo una intensa sensación de posesividad, por la forma en que Cade la miraba y le hablaba. "¿Alguien puede explicar cómo diablos ustedes dos se conocen?"

"Es de mi antigua manada", dijo Scarlett, muy consciente de cada cima en el cuerpo masculino, su pecho presionado contra el de él. Elijah pareció momentáneamente sorprendido.

“Y tú necesitas regresar y tomar tu lugar allí”, dijo Cade, mirándolos con calma, dándose cuenta de que no olían igual. Y por lo que podía ver, ninguno estaba marcado. “Soy el nuevo beta, el beta que tomará tu lugar”

"¡Vete de una vez! ¡No quiero tener nada que ver con esa manada! ¡Ahora desaparezcan antes de que los haga pedazos a todos!", gruñó ella, sus ojos brillaban peligrosamente. Solo Jackson sabía que su padre era un alfa, pese a todos los rumores que surgieron tras la noche de su primera transfromación. Pero querían mantenerlo en secreto, aunque el hecho de que su padre los hubiera hecho seguir hasta aquí... significaba que sabía exactamente dónde vivían.

Cade frunció el ceño, haciendo señas a los dos lobos a su lado para que atacaran. Scarlett se volvió, lista para pelear, aunque un dolor espasmódico rebotó en su costado. Pero los lobos apuntaban a Elijah, que se había transformado en un magnífico lobo marrón claro, de brillante pelaje.

Era enorme, mucho más grande que antes, pensó Scarlett con asombro. Claramente medía más de 5 pies de altura a cuatro patas, y era más grande que cualquier lobo alfa que Scarlett hubiera visto antes.

Se abalanzó sobre los dos lobos antes de que llegaran a él, mordiendo uno de sus cuellos mientras lo arrancaba del cuerpo. La sangre salpicó por todas partes. Su garra atravesó el pecho de los otros lobos.

Cuando el primer lobo cayó muerto al suelo, se transformó en el cuerpo de un humano decapitado. Cade debió transmitir mentalmente algo al segundo lobo, que rápidamente se retiró. Elijah retornó a su forma humana, rodeado de una fuerte aura. Era su poder alfa, que emanaba de él.

“Dile a tu alfa que no hay forma de que él se quede con Scarlett. Cualesquiera que sean sus razones, si intenta atacarla o acercarse a ella una vez más, lo tomaré como un ataque personal. Y no querrás enfrentarte al futuro Alpha Elijah Westwood de la manada Blood Moon. Nosotros estamos listos para la guerra”, dijo, y su voz era peligrosa y profunda.

Cade frunció el ceño y asintió, lanzando una última mirada a Scarlett.

"No puedes escapar de tu derecho de nacimiento ...", murmuró antes de darse la vuelta para transformarse y salir corriendo.

Scarlett respiró hondo y fue entonces cuando se dio cuenta de que Elijah estaba de pie, el desnudo trasero frente a ella. Él se volvió y ella cerró rápidamente los ojos.

"¡Tus ropas!", gritó. Elijah levantó una ceja y miró hacia abajo.

“¿Qué eres, un bebé? ¿Nunca has visto una po**a antes?" Preguntó, pensando que ella no tuvo ningún problema cuando el otro tipo exhibió la suya.

"Por supuesto. ¡Simplemente no quiero estar traumatizada de por vida al ver la tuya!" dijo, haciendo una mueca por el dolor punzante en su costado.

"Digas lo que digas, Red, todas las mujeres rogarían por echar un vistazo a la mía", fue su arrogante respuesta.

"Soy tu hermana, ¿recuerdas?", replicó ella, sin dejar de desviar los ojos, sabiendo que si miraba, solo tendría imágenes aún más vívidas con las que soñar. Él no respondió, sino que volteó el destrozado el auto sobre sus ruedas y abrió el maletero. Sacando su bolsa de lona, se puso unos pantalones.

"Puedes mirar ahora, mojigata", remarcó, caminando hacia Scarlett, mientras ella ponía los ojos en blanco. Elijah se dió cuenta de que escondía algo. No había pasado por alto la manera cortante en la que había interrumpido al tipo, o el miedo que la invadió. Pero este no era el momento de preguntar. Estirando la mano, tomó el dobladillo de su blusa negra y se la arrancó, haciéndola jadear.

"¡Qué estás haciendo!", gritó ella, cruzando los brazos sobre su pecho. No es que el sostén rojo de encaje que llevaba puesto cubriera mucho, observó él. Era una copa de tamaño decente, ni muy grande ni muy pequeña. El tamaño perfecto para sus manos, pensó, frunciendo el ceño mientras apartaba el pensamiento. Ella era su hermanastra, se recordó a sí mismo. Sus ojos se movieron de los tentadores pechos a su cintura antes de agacharse.

"Sanará, aunque es un corte bastante profundo", dijo a punto de tocarlo, cuando ella lo agarró de los brazos, mirándolo a pesar del leve rubor en sus mejillas. Él levantó una ceja, sonriendo con suficiencia ante su turbación, sin saber que era precisamente su proximidad lo que la estaba afectando. Tomando sus muñecas, las sostuvo contra el auto, aún agachado frente a ella.

"¡¿Qué estás haciendo?!", volvió a gritar Scarlett, su corazón latía con fuerza. ¿Estaba soñando? Su núcleo palpitaba y su movimiento brusco solo había empeorado las cosas.

"Así se curará más rápido", dijo él con voz ronca y se inclinó, sin dejar de percatarse de los latidos de su corazón. Pasó la lengua por la herida lentamente. Ella jadeó cuando el placer estalló a través de ella. Mientras su lengua subía lentamente por su cadera, cruzaba su cintura y se detenía justo debajo de su pecho.

Él inhaló su tentador aroma, la sensación de su piel y el dulce sabor de su sangre. La saliva de un alfa tenía habilidades curativas, aunque era mejor cuando estaba en forma de lobo. Sabía que ella se habría curado pronto de todas maneras, pero verla allí en sostén había despertado algo dentro de él, y había querido sentir su piel suave contra sus labios...

Miró hacia arriba, hacia sus perfectos montículos. Se detuvo en las puntas endurecidas, que enviaban su sangre a toda prisa hacia abajo. Después elevó lentamente la mirada hacia el rostro sonrojado de Scarlett. Justo al encontrarse sus ojos, el olor de su excitación lo golpeó como una avalancha embriagadora...

Précédent
Chapitre suivant
TÉLÉCHARGER LE LIVRE GRATUITEMENT >>